martes, 19 de junio de 2007

Colombia 2010


En el día 15 de enero del año 2010, El señor presidente Álvaro Uribe Vélez aparece en la televisión y se escucha en la radio:

“Queridos compatriotas, desde la próxima semana nuestro país tendrá leves cambios pero todos ellos muy significativos. Colombia entrará a una nueva etapa de progreso donde nuestra identidad nacional se consolidara como parte de una gran Nación, asegurando una nueva vida para bien de todos nosotros. Tendremos un país en donde, las oportunidades tocaran nuestras casas y… nuestras almas. La paz y la tranquilidad que siempre hemos buscado lo tendremos al alcance de la mano, no habrá más corrupción si no igualdad para todos. Colombianos, Dios nos acompañara en nuestra nueva travesía hacia un gran futuro lleno de promesas que serán cumplidas.
Buenas noches y recuerden Paz, libertad y orden para todos.”

Todos los habitantes escucharon el corto discurso de Uribe, diferentes reacciones se hicieron presentes, pero al final todos ambicionaban los cambios anunciados por el señor presidente.

El momento tan ansiado llega: el 23 de enero a las 6:15 PM, el presidente anuncia el nuevo nombre para Colombia sugerido por Estados Unidos: Native Country. La bandera tricolor seguía siendo la misma pero ahora tenía en el centro un águila y un cóndor. El mandatario explico el por qué de aquella ave que no era nacional: Native Country ahora era el estado 51 de Norte América, llegaron a ese acuerdo con el fin de darle más oportunidades a los colombianos de progresar y obtener derechos en la potencia mundial, esto – según él – no modificaba nuestra identidad nacional.

Al día siguiente personas vestidas con la nueva bandera, pasaban de casa en casa repartiendo un papel que decía:
Estados unidos nos esta brindando su valiosa ayuda para salir adelante, por ello debemos sentirnos comprometidos de responder ante esta benevolencia. Por este motivo se aconseja a los “colombianos” adaptarse a la nueva norma:
Comenzar a hablar ingles americano (no británico) dentro del territorio, para los que no hablan se les brindara el plazo de un año para aprender el idioma inglés en centros propuestos por el Gobierno.

A medida que pasaba el tiempo, la televisión y radio incluyen programas en inglés y nacen nuevos comerciales donde promueven las nuevas modas estadounidenses que los jóvenes, adultos y niños comenzaban a usar en su vida cotidiana, los nuevos alimentos sintéticos más deliciosos, baratos y sanos eran para los nuevos ciudadanos. En las escuelas se enseña la nueva bandera, la historia de Norteamérica y el como los “tercermundistas colombianos” habían sido salvados gracias a la cordialidad de EEUU.

Sacaron del mercado todas las ollas de barro indígenas, fueron reemplazadas por ollas producidas en China, donde las caras de los presidentes norteamericanos eran el principal decorado. Las monedas y billetes ya no tenían diseños Quimbaya o el rostro de Policarpa Salavarrieta, si no que ahora aparecía la cara del presidente Uribe, ó el águila de EEUU y de aquellos que permitieron la ayuda de Estados Unidos. Los salarios ahora valía 1 dólar por hora, pero no importaba… son dólares.

En los colegios modificaban los métodos de enseñanza y los temas que debían conocer los estudiantes (solo acudía el 10% de la población), pues querían aspirar un cupo en universidades de Harvard, Yale entre otras, pero los ciudadanos de Native Country tenían vetada la entrada, por que según Estados Unidos, el nuevo Estado aun no había apropiado suficientemente la cultura del benefactor. En las universidades públicas silenciaron a los rebeldes, y fueron privatizadas para dar una mejor imagen, pues la idea era llegar a clasificar entre las 100 mejores universidades del mundo.

Trajes de danzas folclóricas, música, e instrumentos autóctonos ya no debían ser usados, ellos podrían pasar a tiendas de recuerdos o al contrario ser enterrados, todo en pro del progreso cultural y la definición de la identidad del territorio. Todos eran felices; aunque no todo era perfecto, la miseria, el desempleo seguían en auge, pero al menos ahora tenían el orgullo de pasar a ser el único ex - país tercermundista a un Estado de una de las grandes potencias mundiales del mundo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Huy... el sueño de la élite colombiana hecho realidad

Sigue con cuentos así son chéveres